El interrogatorio o anamnesis es la primera parte del método clínico, consiste en hacer al paciente o
terceras personas una serie de preguntas lógicas y ordenadas con el fin de investigar hechos, circunstancias
y datos referentes al presente, y pasado de la salud o enfermedad, tanto del individuo como de sus familiares.
El interrogatorio no es fácil de llevar a cabo puesto que implica no sólo
la habilidad mental para formular la pregunta, sino conocimientos fundamentales, de patología,
clínica y terapéutica. La persona que va a llevar a cabo un interrogatorio debe utilizar la inteligencia,
el raciocinio y la palabra, debe tener el criterio para ser breve cuando se trata de un herido,
tener paciencia cuando está ante un anciano, prudente y preciso cuando está ante una mujer.
El interrogatorio puede ser directo o indirecto.
El interrogatorio directo es cuando el clínico se dirige al paciente;
es el más ilustrativo puesto que el paciente mismo explica sus síntomas y la evolución de su enfermedad.
El interrogatorio indirecto es aquél que se hace a terceras personas
porque las condiciones del paciente son muy especiales; por ejemplo si se trata de un niño de muy corta edad,
un anciano, un demente, un herido grave, un sordo, un mudo. Este tipo de interrogatorio es incompleto e inexacto, porque las terceras personas modifican los datos ya sea aumentándolos, disminuyéndolos o deformándolos.

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